Dice V. Frankl: "...Incluso los amores afortunados no están libres de sentimientos de desventura, sobre todo cuando la dicha amorosa se ve enturbiada por los tormentos de los celos...
Estos celos, traslucen la tendencia a considerar el objeto amado como de propiedad exclusiva del que dice amar.
El celoso trata al ser a quien dice y cree amar como un objeto patrimonial: lo degrada al plano de cosa poseída. Quiere tenerlo solo para si, con lo que demuestra que su comportamiento se halla encuadrado, precisamente, en la categoría del TENER, y no en la del SER..."
Entonces... ¿cosas o personas?
Bibliografía: de Víctor Frankl, Libro: "Psicoanálisis y existencialismo", editorial, Fondo de cultura económica, edición de 1957; sección del libro: "el sentido del amor" pag. 185/6.-