Se puede.
Solo hay que ser consciente de las veces que uno mismo descalifica al otro.
Nos equivocamos.
Nos vivimos equivocando.
No somos dioses para cuestionar permanentemente al otro, somos humanos falibles, que aún intentando hacer las cosas bien, muchas veces las hacemos mal.
Empezar por ver el propio error es el comienzo.
Las descalificaciones son proyecciones de uno mismo, de las propias carencias, ataques furibundos contra un par, contra otro ser humano.
En vez de descalificar, utilicemos la herramienta que solemos olvidar ante los errores que disparan los enojos y generan distancias: "pensemos juntos soluciones". Sean del ámbito que sean:
a) personales
b) profesionales
c) sociales
d) colectivas
f) grupales